lunes, 27 de marzo de 2017

Lo inaceptable en medio de la tragedia



Desde hace varios días Perú viene enfrentando una de las catástrofes naturales más trágicas de toda su historia. “Huaico” es el término local para referirse a este fenómeno, y así lo define la Real Academia de la Lengua: “Masa enorme de lodo y peñas que las lluvias torrenciales desprenden de las alturas de los Andes y que, al caer en los ríos, ocasionan su desbordamiento”. Los meteorólogos peruanos aseguran que el siniestro ha sido ocasionado por el “Niño costero”, fenómeno climático en que por las altas temperaturas el agua del mar se evapora, generando posteriormente lluvias torrenciales, con las consecuencias que ya hemos visto en los noticieros.

Los desbordamientos y las avalanchas han dejado un saldo de, por lo menos, 78 personas fallecidas, más de 100 mil desplazados y, por lo menos, medio millón de afectados. Eso sin contar las vidas de miles de animales que no pudieron ser rescatados en medio de las emergencias. Y ni qué decir de las pérdidas materiales. Es por ello, por la gravedad de la emergencia y las magnitudes de los daños ocasionados, que resulta tan escandalizadora la afirmación del pastor evangélico y concejal por la ciudad de Arequipa, Ricardo Medina: “Estoy convencido que las lluvias son por la ideología de género, si el gobierno hubiera dado su mano a torcer, Dios no hubiera castigado tanto al país”.

Uno no entiende cómo alguien que ostenta un cargo público y cuya labor es velar por el bienestar de su país (incluyendo la superación de este tipo de catástrofes), haga esta clase de pronunciamientos ante los medios de comunicación. Desde casi todo punto de vista resulta inaceptable que se responsabilice a la comunidad LGTB por las catástrofes naturales de un país. Es una acusación realmente seria que puede estar comprometiendo la integridad de las personas acusadas por el pastor, pues hay que tener en cuenta que si Ricardo Medina es concejal en su ciudad, es porque tiene partidarios, gente que lo respalda, además de los feligreses de su iglesia.

El miércoles 22 de marzo del presente año, el equipo periodístico de la W Radio entrevistó por vía telefónica a Ricardo Medina (escuche aquí) para hablar justamente de su polémica declaración. El pastor, en su discurso, sostuvo desde el principio que es una persona con principios bíblicos, por lo cual, basándose en los textos de la Biblia, podía asegurar que Dios había castigado al pueblo peruano por permitir que la ideología de género fuera una realidad en el país. Durante su intervención declaró que así como Dios había corregido a Israel por medio de la naturaleza, también Perú estaba siendo castigado por él, especialmente en las ciudades donde más se evidenció la influencia de la ideología de género; una de esas ciudades, prosiguió el pastor, es Trujillo, al norte del país, donde el Día Internacional de la Mujer, el alcalde reconoció como mujer a un transexual. El argumento central de Medina era que Perú estaba pagando las consecuencias de tener malos gobernantes, impíos, que no tienen temor de Dios.

Cuando al pastor se le preguntó acerca de qué se debía hacer entonces con los homosexuales, propuso que se les debía orientar por medio de la Biblia, para así regresarlos a su “estado natural”, como Dios los mandó al mundo. Además resaltó que en Perú, especialmente en Arequipa, los gays son una minoría, por lo cual, bajo ninguna circunstancia, había que permitir que llegaran a imponer sus leyes, pasando por encima del resto de la población que, aseguró, es cristiana en su mayoría. Es justamente ahí donde está uno de los puntos más álgidos de este problema, porque se ha promovido la idea de que los homosexuales quieren implantar leyes que vulneren los derechos de los demás ciudadanos, y no es así. Es tan simple como que la sociedad y los mismos gobiernos han tomado conciencia de que las personas con orientaciones sexuales diversas tienen derecho a vivir tranquilamente, sin verse afectados por leyes discriminatorias que antes no los tenían en cuenta.

Y como si fuera poco, para cerrar con broche de oro, ante la pregunta de si Dios castigaba a los países flexibles con la diversidad sexual, por qué Estados Unidos, que hace dos años aprobó la legalidad del matrimonio homosexual, es uno de los países con mejores índices en calidad de vida, el pastor respondió que Trump está volviendo a lo de antes, está leyendo la Biblia, rescatando los valores cristianos y la vieja moral norteamericana. Hay que recordar que Tump anuló la norma que les permitía a los niños transexuales elegir el baño en función del género con el que se identificaban, en las escuelas.

En fin, parece ser que la mezcla de asuntos políticos y creencias religiosas sigue siendo la causa de que polémicas como estas entorpezcan el buen funcionamiento de la sociedad. El cuento de la “ideología de género” ha sido tan molesto en Colombia como en Perú y ha llenado calles y plazas de gente indignada que no comprende bien contra qué está luchando. Nunca supe quién inventó el concepto de la ideología de género, ni me imagino qué criterio utilizó para su formulación. Lo que sí sé es que, así como Medina ha movilizado a sus partidarios en las calles de Arequipa con ese argumento, el próximo 01 de abril uno de los políticos más corruptos de la historia de Colombia liderará una dizque marcha contra la corrupción, en la cual, como cosa rara, metió el tema de la ideología de género y la defensa de la familia.

Juan Hernany Romero C.
@SectaDeLectores


domingo, 12 de marzo de 2017

Un músico a la par de un literato



Al respecto del Premio Nobel de Literatura otorgado al juglar de la música Bob Dylan, podríamos problematizar la cuestión de si la música es literatura o si posee la misma esencia de las composiciones literarias que han llevado a los grandes autores a inmortalizar sus volúmenes en la memoria colectiva de la humanidad. Cada personaje utiliza una manera distinta de dejar una huella o hacer una labor por la humanidad, pero ¡¿UN MÚSICO GANANDO UN NOBEL DE LITERATURA?!, ¿Acaso es una broma de mal gusto?, ¿Qué puede hacer alguien con la música por la humanidad?, más práctico y provechoso es centrarnos en el hecho, en la realidad. Sí, eso, Bob Dylan es el premio Nobel de Literatura nos guste o no.

No se sabe exactamente cómo, pero la historia más común acerca de la creación de uno de los galardones más codiciados se produjo en el lecho de muerte del anciano Alfred Nobel, un gran inventor, ingeniero y fabricante de armas que años antes de su muerte sintió cierta culpabilidad, ya que sus inventos de una u otra manera podían afectar al planeta (y sí, tenía razón), así que decidió dejar la mayoría de su fortuna, más de diez mil millones de pesos en coronas suecas, la moneda oficial de Suecia, para premiar a las personas que ayudasen a la humanidad en campos como la física, la química, la medicina, la literatura y la paz. Desde ese momento, año tras año desde 1901, se ha premiado a las personas que han generado beneficios a nivel mundial en pro de un mundo mejor.

A lo largo de los últimos años, ha sido tendencia de la Academia Sueca evaluar el contenido, el valor de las palabras en contexto, más que la forma en que estas se ubican y el método en que se formulan. Es decir, lo que importa es lo que se dice, no cómo se dice, de acuerdo con este principio, podríamos entender, al menos desde la perspectiva de tal tradición, el gran reconocimiento a Bob Dylan. No importa el género (novela, cuento, poesía, ensayo, canción) tanto como el mensaje, tampoco es tan trascendental que los sonetos cumplan con su métrica precisa, sino que signifiquen algo y expresen un sentimiento importante, sobre todo si el momento histórico lo requiere. Hay que tener en cuenta que crear un cambio social no es una tarea fácil, por lo tanto, en algunas ocasiones no se llega a todos los rincones del planeta de la misma manera, a diferencia de otros que pretenden cambiar la realidad criticando desde los sillones de sus casas, y éstos al parecer salieron a flote cuando la academia Nobel hizo pública la declaración de que el músico Bob Dylan sería galardonado en la categoría de Nobel de Literatura.

El cantautor tuvo gran trascendencia en los años sesenta en el contexto de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética empezaban su conflicto, fueron cuarenta largos años en los que todos los aspectos sociales se vieron afectados. Aunque no hubiese una guerra bélica, la población estaba a la expectativa de que una catástrofe ocurriera y esa preocupación era lo que este músico con alma revolucionaria quiso dar a conocer al mundo. Aunque empezó a cantar en cafeterías, sus canciones de protesta describían a la perfección lo que la humanidad sentía y es que algunas oraciones como “Aquel que no está ocupado naciendo, está ocupado muriendo” o “Hay que ser honesto para vivir fuera de la ley” y canciones como “Masters of War” (Maestros de Guerra) denunciaban a los financiadores y patrocinadores de las guerras. Dylan los desnudaba, los mostraba y los condenaba.

Las palabras de Dylan siguen siendo tan válidas hoy como ayer, abarcan una serie de problemas que nos incumben a todos, especialmente si queremos lograr un cambio, sin embargo, hay que entender que se le está dando un espacio significativo a las líricas musicales, ya que éstas han contribuido a gestar pensamiento, a movilizar causas, a encender ideales y a desnudar bastardos. Pensábamos que el premio Nobel de Literatura sólo podía ser otorgado a autores con una cantidad extensa de libros que hubiesen sido escuchados alguna vez, pero ¿por qué un cantante?, nuestra reacción fue la misma, obviamente no había ni un libro de su parte, pero sí letras, muchas canciones llenas de mensajes más que inspiradores que reflejaban la realidad de otra manera, y si en algún momento de nuestra crianza lo habíamos escuchado, no sabíamos quién era y sólo conocíamos una de sus canciones, pero había llegado a nosotros y aunque no entendíamos ni una de sus palabras nuestro cerebro lo recordaba. Esto nos dio cierto alivio, pues si él era merecedor de un premio de tan alto reconocimiento, nosotros aún teníamos esperanzas de que el mundo conociese nuestro nombre en algún momento o, al igual que él, nos pudiesen recordar de una u otra manera.

El problema fue por esos que se quedaron en la criticadera y no averiguaron en absoluto quién era Bob Dylan. Nosotros aún no podíamos entender cómo León Tolstoi o Franz Kafka aún no habían recibido un reconocimiento Post Mortem después de tan majestuosas obras, pero asimismo comprendimos que la música, al igual que los libros y las películas, nos pueden ofrecer una concepción del mundo distinta, alternativa y transgresora. Tal vez dichas composiciones no se encuentran en esa aura erudita de las bibliotecas y los archivos académicos, pero sí han estado en las plazas, en los teatros y en muchas salas de conciertos.

Actualmente, es más que evidente que se necesitan artistas de calidad, que escriban con métrica en sus canciones, que reflejen la realidad social. Un ritmo pegajoso no deja el mismo mensaje que una letra con significado; si se tiene una buena composición el ritmo simplemente es un acompañamiento. Hoy importan más las palabras refiriéndose a la vida sexual de un hombre, la denigración de la mujer gracias a sus “atributos”, frases como “Tú me tocas, yo te toco y la pasamos muy bien, si nos gusta otro día nos volvemos a ver” hacen que los jóvenes se estremezcan y tengan en la cabeza todo el día las palabras. Ahí es donde nos preguntamos ¿y cuánto saben del conflicto que sufrió nuestro país durante más de cincuenta años? O por lo menos ¿es que no se quieren? Entendemos, la tonalidad y los sonidos mezclados hacen que el cuerpo responda de alguna manera, la “poesía” que sólo es una pobre manera de rimar llega a quedarse en nuestras mentes inconscientemente, pero ¿por qué no usar esa influencia para tratar temas de verdadera importancia? ¡Qué cantidad tan grande de artistas reconocidos hay! Pero pocos como Bob, y nos entristece que hasta ahora se reconozca una labor que ha sido labrada por años y que cambió la manera de pensar de muchos jóvenes, actualmente adultos que recuerdan con nostalgia aquellos días donde de las canciones se sacaba uno que otro mensaje significativo, y aunque Bob Dylan no fuese un escritor con muchos libros Bestseller a nivel mundial, es un poeta, nos costó reconocerlo, pero lo es. Tiene las letras necesarias y de las que muchos deberían aprender, transmitir de la manera en la que él lo hizo muy pocos que se hacen llamar artistas lo han logrado y aunque haya mucho desconcierto al respecto, los Nobel son para los que hagan una labor por la humanidad y nos parecería egoísta luego de su esfuerzo por transmitir a través de la música, no darle ni un poco de reconocimiento. A Bob Dylan, donde quiera que esté y aunque sus letras ya no tengan el mismo revuelo de antes, gracias, gracias por tratar de crear conciencia en el mundo y por dejar una pequeña huella en la humanidad ¡Eso sí que es un artista!

Laura Bejarano Acosta
Juan Hernany Romero C.

@SectaDeLectores