sábado, 13 de agosto de 2016

Ignorancia, violencia y homofobia



El pasado 10 de agosto miles de manifestantes salieron a las calles de las principales ciudades colombianas a marchar en contra de una cartilla que, según fuentes anónimas, sería distribuida en los colegios por el Ministerio de Educación para adoctrinar a niños, niñas y jóvenes con la llamada “ideología de género”.

Colombia siempre se ha caracterizado por ser el escenario de cientos de hechos inéditos y sorprendentes (lamentablemente, no siempre en el buen sentido). Somos campeones olímpicos no solo en BMX o levantamiento de pesas sino también en desperdiciar oportunidades, matonear personas, y llenar calles de gente marchando en rebaño por motivos que no conocen muy bien, pero que, sin embargo, polemizan con carteles insultantes y con mala (horrorosa) ortografía. Con todo eso uno se pregunta si las personas que salieron a marchar habían leído previamente la cartilla o conocían formalmente su contenido.

Inicialmente se había dicho que la cartilla que sería distribuida por el Ministerio de Educación contenía un alto contenido pornográfico con imágenes de hombres teniendo relaciones íntimas homosexuales. Un centenar de imágenes rondaron por las redes sociales escandalizando a padres de familia y colegios en su mayoría religiosos que, con razón, se preocupaban de la integridad y educación de sus hijos. Lo que casi nadie sabía es que las ilustraciones que se difundían y propagaban como bacterias, pertenecen a un libro de origen belga titulado In bed with David & Jonathan publicado en el año 2006. En cuestión de minutos, todos los partidarios del conservadurismo y el puritanismo heterosexual  hipócrita, se alborotaron y comenzaron a escupir veneno en contra de la Ministra de Educación, Gina Parody, quien, por su condición homosexual, no pudo escapar de los insultos y aberraciones lingüísticas plasmadas en carteles y coros desafinados que le hacían reverencia al Procurador y a su séquito de reprimidos sexuales.

Luego, con un poco de lógica, se logró establecer que el supuesto material educativo del Ministerio de Educación no contenía ni una sola imagen alusiva a relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, ni enseñaba a los niños a masturbarse o a cómo “salir del closet”. Pero como aquí ni una buena prueba fehaciente de la falsedad de los rumores es suficiente, la querida y Santa madre Iglesia Católica y su protuberancia reformada, constituida por los evangélicos protestantes de las iglesias pentecostales y adventistas, dejaron de descalificarse por sus inconcordancias teológicas y sus cuentas bancarias, para formar un solo rebaño que, alimentado (empachado) por la presencia de militantes uribistas, realizaron un nuevo aporte a la sociología: la ideología de género. Así es, eso es un invento de ellos. Y su “ideología” consiste en que cualquier persona con inclinaciones sexuales y afectivas distintas a las hegemónicas, representa una amenaza y un mal ejemplo para la familia tradicional, la de María, José y Jesús (es curioso que no tengan bueyes y burros como mascotas).

Pero lo más curioso y sospechoso del caso es que en la página oficial del Ministerio de Educación nunca se presentó ningún documento vinculado a la educación sexual en los colegios. Tampoco se han realizado campañas publicitarias en torno al tema por parte de esta entidad estatal. En el sitio web de las Naciones Unidas se encuentra un documento de 99 páginas titulado Ambientes escolares libres de discriminación. 1. Orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la escuela. Aspectos para la reflexión, una obra en desarrollo trabajada por académicos expertos en el tema que, según declaraciones de Gina Parody, no ha sido aprobado por el Ministerio ni ha sido adoptado como documento oficial. Por ende, no se le puede atribuir la responsabilidad al Ministerio de Educación hasta que este no le haya dado el visto bueno a dicho proyecto. Y, por cierto, que no se me olvide comentar que, revisando dicha cartilla, no encontré ni una sola imagen pornográfica explícita o insinuante que promueva la homosexualidad y el sexo prematuro.


Lo anterior lo deja todo patas arriba, sin nada claro, oscurecido, agitado y aberrante. Un sancocho de oportunistas y mediocres mezclando prejuicios y desprecios. Un movimiento vergonzoso que movilizó miles de personas para que, en medio de su cólera, firmaran por la perpetuación de la guerra. Un Procurador que se equivocó de profesión, ubicado entre Monseñor y Dictador. Una sociedad intolerante y cada vez más irresponsable. Y un chisme que generó todo lo anterior, demostrando que los colombianos somos incapaces de aceptar las diferencias, y preferimos que los suicidios, provocados por el acoso escolar y la homofobia, continúen. Pero eso sí, que ningún hijo nos vaya a salir marica.  


Juan Hernany Romero C.
@SectaDeLectores

No hay comentarios.:

Publicar un comentario